Ya ha arrancado el verano. Llegan las ansiadas vacaciones, y con ellas las preocupaciones típicas de la época: mar o montaña, contratar el hotel… Pero…¿has pensado en la seguridad de tu viaje?
Muchas veces pasa desapercibido, pero es un factor muy importante. A continuación os detallamos varios consejos para minimizar el riesgo de sufrir un accidente de tráfico y cómo actuar si sufres o presencias uno.
Evita viajar de noche o en horas de calor excesivo:
Tanto conducir de noche como con mucho calor provocan fatiga y somnolencia, aumentando el riesgo de sufrir un accidente. Intenta empezar tu viaje temprano, tras la primera hora de sol (para evitar que te deslumbre), para haber llegado a tu destino a una hora en la que la climatología no sea demasiado dura.
Para evitar la fatiga, sal descansado, realiza paradas cada 150 Kms o 2 horas, estira y toma algún café o refresco con cafeína. Te ayudarán a mantener los niveles de glucosa ideales para mantenerte activo y atento. Por supuesto, nada de alcohol ni drogas. ¡Si bebes no conduzcas! Consulta también con tu médico si los medicamentos que consumes son totalmente compatibles con la conducción.
Revisa tu vehículo días antes de salir:
Antes de irnos de vacaciones revisamos mil veces la maleta: el bañador, la crema.. ¡lo tenemos todo! Nos montamos en el coche y nos vamos… ¡Error! Si revisas todo mil veces, ¿por qué no revisas tu vehículo?
Recuerda revisar los niveles (aceite, agua, anticongelante..) así como el correcto funcionamiento de todas las luces, el estado de los neumáticos y sistemas de seguridad.
Unos neumáticos desgastados provocarán un menor agarre, y en caso de frenada, una trayectoria más larga (necesitarás más metros para frenar). Por supuesto, revisa la presión de cada uno. Una incorrecta presión puede provocar un excesivo agarre (tan perjudicial como el anterior) o reventones por pellizcos. No olvides revisar el correcto estado de la rueda de repuesto y cómo utilizarla.
Si viajas con niños, comprueba el correcto anclaje de las sillas, y ponles siempre el cinturón de seguridad.
Elige carreteras en buen estado y respeta las reglas:
Evita, en la medida de lo posible, carreteras en mal estado o demasiado sinuosas. Si no es posible, extrema las precauciones.
Por supuesto, respeta siempre las normas de circulación. Viaja sin prisa: lo importante es llegar. Respeta los límites de velocidad, distancia de seguridad, adelanta sólo en los tramos destinados a ello y utiliza correctamente las luces del vehículo para indicar cualquier movimiento.
Evita distracciones como hablar por teléfono, mirar mapas, etc. Abróchate el cinturón, y haz que el resto de ocupantes también. No lo hagas sólo por ahorrarte la multa, tu vida y la de tu familia puede depender de ello.
Me encuentro con un accidente, ¿Qué hago?
Antes de nada, mantén la calma. No pares de cualquier forma y en cualquier lugar. Pretendes socorrer, no acabar siendo socorrido: sigue el protocolo PAS (Proteger-Avisar-Socorer). No parar ante un accidente lleva a incurrir ante un delito de denegación de auxilio (si eres sanitario o FFCCSE, artículo
195 del Código Penal) u omisión del deber de socorro (LO. 10/1995 de 23 de Nov. Código Penal).
Proteger: a tí mismo y a tus compañeros de viaje. Aparca tu vehículo en un lugar seguro, y ponte el chaleco antes de bajar. Si hay más ocupantes, hazles abandonar el vehículo y colocarse lejos, en un lugar seguro y con chaleco reflectante. Señaliza el accidente con los triángulos de seguridad. Extrema las precauciones. Una vez asegurado tú y tus compañeros de viaje, ve al siguiente paso. Recuerda una vez más que pretendemos asistir, no agravar la situación.
Avisar: llama al 112. Indícales tu ubicación de la forma más precisa posible (qué carretera, qué punto kilométrico) y responde a todas las preguntas que te hagan. Pueden parecer repetitivas o cansinas pero siempre son necesarias. Indica, en la medida que tus conocimientos te lo permitan, el estado de los heridos y ayúdales a mantener la calma. No cuelgues el teléfono, deja que el 112 corte la llamada. De lo contrario, no podrán volver a llamarte para conocer la situación.
Socorrer: si te ves capacitado para actuar correctamente, hazlo, previa comunicación de ello al 112. Te ayudarán en todo lo posible o te darán instrucciones a seguir si no posees conocimientos sanitarios.
Una vez lleguen los servicios de emergencia, colabora con ellos en todo lo posible. Seguramente tengas que responder preguntas que ya te hizo el 112, hazlo. Muchas veces los servicios de emergencia desconocemos el estado de los pacientes a los que acudimos a ayudar. Colabora con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad: puede que te pregunten si viste como ocurrió, cómo se encontraban los vehículos cuando llegaste…
Recuerda, nadie está libre de sufrir un accidente, pero, siguiendo los consejos anteriores, reducirás el riesgo de sufrirlos por cuenta propia. ¡Buen viaje!
«La velocidad puede frenarte la vida».